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"Primera Reunión de Puntos Focales de la Red Latinoamericana de las Mujeres del Sector Pesquero - Acuícola" - Informe Final - 5 y 6 de octubre del 2000

EL ROL DE LA MUJER EN EL SECTOR PESQUERO COLOMBIANO

Por Claudia Stella Beltrán Turriago

INFORMACIÓN SOCIO-ECONÓMICA DEL PAÍS.

La República de Colombia tiene 1.141.748 Km2 de superficie, 880.376 Km2 de áreas marítimas jurisdiccionales, 3. 208 Km. de línea costera de las cuales 1.760 Km. corresponden al mar Caribe y
1.480 Km. al océano Pacífico.

Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en 1999 la población era
39.309.422 personas, de las cuales el 71% habita en las cabeceras municipales y 29% en zonas rurales, a una tasa de crecimiento del 1.85% anual. Los principales grupos étnicos son: mestizos (58%), blancos (20%), mulatos (14%), afroamericanos (4%) y amerindios (4%). Las mujeres representan el 48% de la población rural y el 53% de la población urbana.

Hasta 1999 el peso colombiano tuvo una banda cambiaria controlada por el Gobierno y desde entonces se rige por las fuerzas del mercado, con una relativa estabilidad; entre 1995 y 1999 la tasa de cambio se incrementó en el 90%. El PIB en 1999 fue U$ 63 059 millones (a precios constantes de 1990), con crecimientos superiores al 6% hasta 1995, año desde cuando se desaceleró hasta llegar a una recesión que se reflejó en - 4.6% del PIB en 1999.

Las exportaciones se basan en: petróleo, café, esmeraldas, ferroníquel, carbón, oro, banano y flores. En 1999 se redujo la importación de bienes de capital, materias primas, bienes de consumo y equipos de transporte, a causa de la actual recesión del país. Los mercados más importantes son: Estados Unidos, la Unión Europea, la Comunidad Andina y Japón.

La tasa de desempleo creció un 10.6% entre 1995 y 1999, básicamente en los sectores de la construcción, industria manufacturera, sector financiero, agropecuario y Gobierno Nacional. Aunque las estadísticas reportan un 17,7% de la población bajo la línea de pobreza, es factible que este indicador haya crecido durante el último año, por las razones ya expuestas.

GENERACIÓN DE EMPLEO EN EL SECTOR PESQUERO COLOMBIANO.

La pesca artesanal genera 91.000 empleos, la pesca industrial 15.566 y acuicultura 91.800, para un gran total de 198.366 fuentes de trabajo, discriminadas así:

  • Pesca artesanal. En el Pacífico hay cerca de 15.000 pescadores, otros 14.000 en el Caribe y
    62.000 en toda la región continental, para un total de 91.000 pescadores, de los cuales un 40% son mujeres dedicadas a la fase de post-captura. En los últimos tres años se incrementó el esfuerzo pesquero a causa del desempleo rural y los problemas de orden público que han aumentado los desplazados, quienes buscan en la pesca su alimento e ingresos inmediatos aunque sean escasos.

  • Pesca industrial. Genera empleo en plantas procesadoras y comercializadoras del Atlántico y Pacífico, así como en algunas ciudades del interior del país. Se calculan 4.200 empleos directos en el Caribe y otros 6.300 en el Pacífico que totalizan 10.500, de los cuales el 30% están vinculados por nómina y el 70% son trabajadores a destajo. Un 90% de quienes trabajan en plantas de procesamiento son mujeres.

  • Flota pesquera. Genera 5.066 empleos directos en 379 motonaves autorizadas en el año 2000 para operar en las pesquerías de: atún, camarón de aguas someras, camarón de aguas profundas, pesca blanca, pequeños pelágicos y langosta - caracol.

  • Piscicultura. En Colombia hay 248 productores comerciales que generan 4.700 empleos directos y 15.000 indirectos, concentrados en la zona andina y en menor proporción en la Orinoquía y el Caribe. La pequeña acuicultura aporta 71.000 empleos, de las cuales un 55% son mujeres. Así, la ocupación total de la piscicultura son 90.700 fuentes de trabajo.

  • Camaronicultura. Se genera empleo en las fincas, laboratorios y plantas de proceso. En 1998 había en el Caribe 910 empleados y en el Pacífico 330, pero se presume que en está última zona descendió un 40% a fines de 1999 a causa de la enfermedad Mancha Blanca. Así, para el 2000 se estiman en total 1.100 empleos directos (32% nómina y 68% a destajo).
ACTIVIDADES DE LA MUJER EN LA PESCA Y LA ACUICULTURA.

Los pescadores artesanales tienen bajo nivel económico y educativo; aprenden su oficio por tradición familiar, se incorporan a la pesca hacia los 13 o 15 años de edad y por ello muchos abandonan los estudios para contribuir al sostenimiento familiar. La pesca es la principal actividad de las localidades vinculadas a ella, pero según la vocación de cada región la diversifican con agricultura, especies menores, albañilería, comercio y oficios varios.
Tienen poco sentido de pertenencia, de cultura del ahorro y del financiamiento formal pese a que existen líneas de crédito para ello, motivo por el cual no se fijan metas de mediano y largo plazo. A pesar que el Estado ha establecido servicios de salud, educación y bienestar para la población de bajos ingresos, el acceso de los pescadores a estos beneficios es mínimo, en particular en las zonas marítimas, que son las más deprimidas del país.

La mujer participa en el procesamiento (a escala industrial y artesanal) y la comercialización; el hombre ejecuta las faenas. Al volver a casa los pescadores descansan o se divierten mientras que las mujeres preparan el producto para su venta a los comerciantes de playa y mayoristas en las comunidades de pescadores o en los puertos de desembarque. En las zonas marítimas es tradicional que las mujeres utilicen un platón de metal sostenido en la cabeza para transportar los productos pesqueros, por lo cual se conocen como "platoneras".

En las zonas marítimas del Pacífico y del Caribe es frecuente que con la ayuda de los niños se dediquen a la extracción manual de moluscos y conchas en las playas y zonas de manglar, utilizando pequeñas vasijas de plástico o de madera; estos productos se comercializan localmente puesto que no se catalogan como especies de alto valor comercial.

En la acuicultura de pequeña escala, las mujeres se dedican a la alimentación de los peces, al procesamiento, la comercialización y la administración del cultivo, reservando para los hombres las tareas más pesadas. Ello les ha permitido colaborar con la economía familiar y diversificar su quehacer diario.

Tanto las comunidades negras como indígenas de diversas regiones del país tienen un complejo sistema cultural que pese a su relativo aislamiento han sufrido cambios durante los últimos tres años, debido a la influencia de religiones cristianas, el desplazamiento de habitantes a causa del conflicto armado que enfrenta al país y también por la menor atención de sus necesidades respecto a la recibida en otras zonas de mayor interés nacional.

La proliferación de grupos cristianos y la acción de la Iglesia Católica han coadyuvado a reducir los índices de alcoholismo, drogadicción, desatención y maltrato de niños y mujeres, que son frecuentes en las comunidades menos atendidas. Sin embargo estos problemas aún ocurren debido al bajo nivel educativo, la temprana iniciación de la vida sexual y la histórica tolerancia de la mujer frente a la conformación de dos o más familias por parte del hombre.

La mujer rural paulatinamente ha ganado espacios que le han brindado la oportunidad de acceder a la capacitación es temas técnicos, sociales y microempresariales de la pesca o la acuicultura por parte de organismos estatales, internacionales y no gubernamentales; sin embargo aún se requiere intensificar estas actividades de adiestramiento.

El hecho de que las mujeres desempeñen actividades productivas además de atender el hogar les ha permitido obtener ingresos económicos y contribuir a mejorar las condiciones familiares de vida, así como lograr un mayor reconocimiento por parte del hombre, más aun considerando que en muchos casos es ella quien atiende las necesidades familiares.

Otras razones que explican la mayor participación de la mujer en actividades productivas son las pocas alternativas de empleo del campo; el conflicto armado y el consecuente desplazamiento hacia otras regiones, motivo por el cual el hombre falta temporal o definitivamente y la mujer debe asumir el papel de jefe del hogar. El 18% de los hogares rurales y el 26% de urbanos tienen una mujer como cabeza de familia (Profamilia, 1995).

PRINCIPALES PROBLEMAS DE ACCESO A SERVICIOS ASISTENCIALES Y CALIDAD DE VIDA DE LA POBLACIÓN COLOMBIANA.

Un reciente estudio realizado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) sobre mujer rural, arroja los siguientes datos referentes a la calidad de vida en zonas rurales y urbanas de Colombia:

  • El 35% de los hogares colombianos tienen hasta tres miembros, el 43% entre cinco y siete y el 22% restante más de ocho personas por familia.
  • El 70% de la población urbana accede a servicios de salud, así como el 40% de la rural.
  • El 17% de las mujeres rurales es analfabeta, el 66% tiene educación básica primaria, el 15% secundaria y el 2% tienen educación superior. El nivel de escolaridad de los hombres campesinos es relativamente similar, con un leve incremento en los índices de analfabetismo e inferior en el acceso a la educación superior.
  • Los índices de hacinamiento crítico son de 18% en el campo y 8% en las ciudades.
  • El 45% de los colombianos que viven en condiciones de pobreza así como el 30% de quienes están en la miseria, habitan en zonas rurales.
  • El 27% de los colombianos tienen necesidades básicas insatisfechas. En tal sentido, el 18% de la población urbana y el 51% de la rural tienen NBI.
  • Las estadísticas indican que el 26% de mujeres y el 74% de los hombres campesinos tienen ocupación laboral, sin embargo este índice no refleja los trabajos no remunerados ni los domésticos de la mujer rural.
  • Las principales labores de la mujer rural son: procesamiento de productos agropecuarios, fabricación de artesanías, las actividades pecuarias y el comercio. El hombre se dedica básicamente a trabajos asalariados, agricultura, comercio y las actividades pecuarias.
  • A nivel industrial, la mujer tiene una participación promedio del 33% en las pequeñas y medianas empresas, y del 19% en las grandes empresas.
  • Hay mayor acceso de las mujeres campesinas a los programas de cofinanciación de las entidades gubernamentales, mientras que los hombres son quienes más obtienen créditos del sector financiero.

FORTALEZAS Y DEBILIDADES DE LA MUJER PESQUERA.

Fortalezas

  • En los últimos cinco años se ha brindado mayor reconocimiento a la participación de la mujer en el desarrollo rural.
  • La mujer se ha vinculado no sólo a programas asistenciales sino también participa activamente en las labores de la pesca y la acuicultura.
  • Se han consolidado y posicionado las asociaciones de mujeres campesinas e indígenas a las cuales pertenecen algunas representantes del sector, básicamente aquellas dedicadas a la acuicultura.
  • Con el paso del tiempo, la mujer ha tomado una actitud más activa frente a su oportunidad de vincularse a las actividades productivas.
  • Existe una amplia legislación y políticas nacionales e internacionales relacionadas con la mujer; algunas de las cuales se han implantado y adecuado a la realidad colombiana.

Debilidades

  • El conflicto político y social que enfrenta Colombia afecta particularmente la mujer rural a causa de la muerte, desaparición, secuestro o vinculación a los grupos armados de sus esposos, compañeros e hijos. Por estos motivos se ven obligadas a desplazarse hacia otras regiones y constituirse en cabezas de familia.
  • Hay una mayor discriminación de las mujeres indígenas y afrocolombianas, más aun considerando la subsistencia de las estructuras patriarcales en tales comunidades.
  • Las niñas y adolescentes campesinas son altamente vulnerables a las violaciones, la temprana maternidad y la trata de blancas.
  • Pese a que se han promulgado diversas normas en pro de la mujer, su difusión y eficiente aplicación no han sido suficientes para que se beneficien de ellas.
  • La recesión económica y la guerra en las zonas rurales impiden el normal desarrollo de actividades agropecuarias y acuícolas. Si bien este fenómeno afecta también las zonas de pesca marítima, su incidencia es relativamente menor porque son áreas marginales.
  • El déficit fiscal de los últimos tres años ha intentado solucionarse a través del recorte del gasto público sin visibles resultados. En tal sentido, el sector agropecuario y pesquero ha sido uno de los más vulnerables, pues se ha priorizado el gasto de guerra sobre el gasto social, lo cual se constituye en una contradicción por ser el campo la zona de conflicto.

ORGANISMOS DE AYUDA AL GÉNERO Y AL SECTOR.

El Gobierno colombiano se ha preocupado por beneficiará las mujeres y en tal sentido, desde 1974 se han promulgado leyes para proteger su igualdad sobre los derechos familiares, el acceso a los programas de reforma agraria, particularmente para las mujeres desprotegidas por la violencia, así como el rol de la mujer rural en el desarrollo del sector agropecuario.

La Presidencia de la República cuenta con la Consejería de Equidad para las Mujeres y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural tiene en su estructura la Dirección de Desarrollo Rural que ejecuta la política de Mujer Rural. Estos dos organismos conjuntamente con el IICA elaboraron el Programa de microempresarias y mujeres cabeza de familia rurales 2000 - 2002, que aún se encuentra en proceso de implantación. Su objetivo general es apoyar las iniciativas productivas de las mujeres campesinas e indígenas que son microempresarias y cabeza de familia, a través de créditos, incentivos financieros, capacitación y asistencia en organización comunitaria.

Debido al incremento de la pobreza y el desempleo rural en la última década, el Gobierno Nacional ha decidido fomentar no sólo las actividades agropecuarias sino también otras actividades para las mujeres como la elaboración y venta de productos lácteos, conservas de frutas, productos artesanales a base de fibras naturales y venta de refrescos, entre otras.

En el sector agropecuario, todas las entidades adscritas y vinculadas trabajan en programas de apoyo a la mujer. Para el subsector pesquero, el Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura (INPA) ha ejecutado programas de fomento con énfasis en este grupo de población. Actualmente, en Colombia están vigentes 17 asociaciones de mujeres de cobertura nacional.

En cuanto a la cooperación técnica internacional, los organismos que han participado en la ejecución de programas son: FAO, IICA, PNUD, UNICEF, UNIFEM y la Unión Europea.

EXPERIENCIAS REALIZADAS EN EL SECTOR PESQUERO.

Como se mencionó en el punto anterior, desde 1995 el INPA ha ejecutado programas de fomento en pesca artesanal y pequeña acuicultura dirigidos a grupos con perspectiva de género, a través de la implantación de proyectos productivos con financiación gubernamental y el aporte de la mano de obra de los beneficiarios. El Instituto también brinda capacitación en los componentes técnico, social y microempresarial y ejecuta acciones de asistencia y transferencia de tecnología, frecuentemente con la participación de las autoridades regionales y municipales. En la selección de las asociaciones de pescadores y acuicultores se brinda especial prioridad a las comunidades indígenas y grupos de negritudes.

En tal sentido, para el año 2000 se tienen 36 proyectos de acuicultura rural que benefician 482 mujeres y 489 hombres del campo. Respecto a la pesca artesanal, se encuentran en ejecución nueve proyectos que tienen la participación de 92 mujeres y 150 hombres. Estos proyectos contribuyeron a formular los paquetes productivos en acuicultura para replicarlos en diversas zonas del país, que fueron validados técnica, económica y socialmente.

En la ejecución de los proyectos se ha detectado que para su éxito es necesario contar con un acompañamiento que integre los componentes social, técnico y microempresarial, pues mientras el INPA tuvo la posibilidad de brindarlo eficientemente durante los años 1995 y 1996, los proyectos fueron exitosos y sus beneficiarios se sintieron muy satisfechos, particularmente aquellos que contaron con Trabajadoras Sociales y asistentes técnicos nativos de cada región, porque ello facilita la comunicación y la comprensión de la idiosincrasia de las personas.

La experiencia indica que en los grupos de campesinos es frecuente un desnivel en los grados de escolaridad (analfabetas y con educación primaria), falta de cohesión y armonía entre sus integrantes, así como especificidad en las tareas o responsabilidades de sus integrantes, lo cual afecta directamente el desempeño de los proyectos y la asimilación de los conceptos que se les transmiten. Por consiguiente, es importante identificar las fortalezas y debilidades de cada miembro del grupo antes de iniciar el proceso de enseñanza de los temas técnicos y económicos.

Desafortunadamente, el Instituto no cuenta en su planta de personal con profesionales del área social que acompañen permanentemente las comunidades. En la medida en que la disponibilidad presupuestal lo ha permitido se ha recurrido a su contratación, pero ello ha afectado el buen desempeño de los proyectos y por consiguiente, los beneficiarios se sienten abandonados y pierden interés en la actividad, pese a las inversiones realizadas.

PROYECTOS EN COLOMBIA DE APOYO AL GÉNERO EN LA INDUSTRIA Y EL SECTOR RURAL.

Actualmente no se encuentran en ejecución proyectos de cooperación internacional que apoyen a la mujer pescadora y acuicultora, pero se benefician directa o indirectamente de las actividades que ejecuta el Gobierno Nacional a través de los organismos ejecutores de la política de mujer rural y de otros programas sociales de cobertura nacional.

Cabe destacar que en 1999 culminó el proyecto de cooperación técnica internacional VECEP de la Unión Europea que operó en Colombia durante seis años. Uno de sus frentes fue ejecutar actividades de fomento con grupos de pescadores artesanales de las costas Pacífica y Atlántica, en la cual tuvieron participación las mujeres con positivos resultados.

Respecto a la industria, no hay proyectos específicos en ejecución. Las leyes que se han promulgado con el fin de lograr la equidad de la mujer en el acceso a las oportunidades de trabajo se encuentran vigentes; sin embargo su aplicación depende en gran medida de la voluntad y libertad de las decisiones empresariales, las cuales a su vez se encuentran también protegidas por la legislación colombiana.

NECESIDADES DEL SECTOR PESQUERO FEMENINO.

No sólo por el conflicto armado la mujer pesquera se ha visto afectada, sino también por las condiciones sociales, técnicas y económicas propias del desarrollo de la actividad; en tal sentido, es importante ejecutar programas de asistencia integral que le permitan tener un rol productivo más activo y mejorar sus posibilidades de tener un mayor bienestar familiar. Para Colombia sería altamente conveniente contar con este tipo de asistencia.

Cabe destacar que durante 1997 y 1998 se elaboró un concienzudo trabajo de campo con el apoyo de la FAO y el Fondo Interamericano de Desarrollo Agropecuario - FIDA para formular un proyecto de apoyo a la pesca artesanal y acuicultura rural en cuatro regiones estratégicas del país, en el cual se consignan particulares consideraciones sobre la participación de la mujer. Este proyecto se planteó como un crédito reembolsable para Colombia por 11 millones de dólares el cual a la fecha no ha sido aprobado, probablemente por el alto monto de la deuda externa del país que limita sus posibilidades de endeudamiento externo.

 

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