EL
ROL DE LA MUJER COLOMBIANA EN LA PESCA Y LA ACUICULTURA
Por: Claudia Stella Beltrán Turriago
Economista del Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura - INPA
Colombia, al igual
que otras sociedades latinoamericanas se caracteriza porque históricamente
ha predominado una cultura machista donde el hombre ocupa las posiciones
más destacadas, es la persona más importante en la sociedad
y en la familia y por consiguiente, asume una posición dominante
frente a quienes le rodean. Cabe destacar que son las mismas mujeres
quienes han fomentado esta actitud y enseñan a sus hijos que
al jefe del hogar y a los hermanos se les debe atender de una manera
preferencial. En el ámbito laboral, también los hombres
desempeñan las más altas posiciones y en algunas empresas
obtienen mejores remuneraciones y reconocimiento que las mujeres.
Con el fin de fomentar
la equidad de género, la Presidencia de la República ejecuta
el "Plan de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres", con
el fin de dar cumplimiento a los principios constitucionales de igualdad
y también a los compromisos internacionales suscritos por el
Estado colombiano para la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer.
En el sector pesquero
y acuícola el entorno no ha sido muy distinto al descrito inicialmente.
Si bien algunas mujeres ocupan cargos ejecutivos y directivos en algunos
gremios y empresas, tanto a escala industrial como artesanal, su participación
continúa siendo relativamente baja aunque muestra una tendencia
creciente.
Respecto a la pesca
artesanal, la mujer se involucra en las fases de procesamiento y comercialización.
El hombre ejecuta las faenas, que en el caso de la pesca marítima
se focalizan en las pesquerías del camarón y especies
de pesca blanca, y para la pesca continental únicamente en peces.
Al volver a casa los pescadores descansan o se divierten mientras que
las mujeres preparan el producto para su posterior venta a los comerciantes
de playa y mayoristas en las comunidades de pescadores o en los principales
puertos de desembarque. En las zonas marítimas del Pacífico
y del Caribe estas vendedoras se conocen como "platoneras"
porque llevan el pescado en un platón de metal sostenido con
la cabeza.
En algunas zonas
marítimas del Pacífico, con la ayuda de los niños
se dedican a la extracción manual de moluscos y conchas en las
playas, utilizando pequeñas vasijas de plástico o de madera.
Los productos se comercializan localmente pues no se catalogan como
especies de alto valor comercial.
En la acuicultura
de pequeña escala, las mujeres se dedican a la alimentación
de los peces, al procesamiento y en muchos casos a la comercialización
y administración del cultivo, reservando para los hombres las
tareas más pesadas. Ello les ha permitido colaborar con la economía
familiar y diversificar su quehacer diario.
Tanto las comunidades
negras como indígenas de diversas zonas del país tienen
un complejo sistema cultural que a pesar de su relativo aislamiento
han sufrido cambios durante los últimos tres años, debido
a la influencia de religiones protestantes, el desplazamiento de habitantes
de otras regiones ocasionado por el conflicto armado que actualmente
enfrenta al país y también por la menor atención
de sus necesidades respecto a la recibida en otras zonas de mayor interés
nacional.
La proliferación
de grupos evangélicos y la acción de la Iglesia Católica
han coadyuvado a reducir los índices de alcoholismo, drogadicción,
desatención y maltrato de niños y mujeres tan frecuentes
en las comunidades, principalmente de la región del Pacífico.
Sin embargo estos problemas aún continúan ocurriendo debido
al bajo nivel educativo, la temprana iniciación de la vida sexual,
el machismo y la histórica tolerancia de la mujer frente a la
conformación de dos familias por parte del hombre.
Pese a la desventajosa
posición de la mujer rural, paulatinamente ha ganado espacios
que le han permitido acceder a jornadas de capacitación es temas
técnicos, sociales y microempresariales de la pesca o la acuicultura,
ofrecidas por organismos estatales, internacionales y no gubernamentales.
El hecho de que
las mujeres desempeñen actividades diferentes a la atención
del hogar les ha permitido no sólo obtener ingresos adicionales
y contribuir al mejoramiento de las condiciones familiares de vida,
sino también lograr un mayor respeto por parte del hombre quien
la comienza a ver como una persona productiva y con posibilidades de
independencia, más aun considerando que en muchos casos es ella
quien se ocupa de la atención de las necesidades familiares,
ya que el hombre considera que al proporcionar una ayuda económica
(parcial o total) ha cumplido en gran parte sus obligaciones familiares.
Otra de las razones
que explica la mayor participación de la mujer rural en actividades
productivas es que a causa de las pocas alternativas de empleo, del
conflicto armado y del desplazamiento hacia otras regiones, el hombre
falta temporal o definitivamente y la mujer debe asumir el papel de
jefe del hogar.
Hacia el futuro
se espera que las condiciones de vida y de participación laboral
de la mujer mejoren, lo cual redunda directamente en el bienestar familiar.
En tal sentido, los organismos involucrados continuarán trabajando
con un aliciente particular para el sector pesquero y acuícola,
como es la conformación de la Red Latinoamericana de Mujeres
del Sector Pesquero auspiciada por INFOPESCA.
Mujeres de una comunidad
de pescadores artesanales del Pacífico colombiano.
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